Croacia y los impresionantes Balcanes
Croacia te enamora nada más empezar a recorrerla. Mi primera visión de de Dubrovnik, he de decir que es tan bella que creí que ya nada podría sorprenderme de aquel país después de aquello.
Cada rincón de la ruta estaba impregnado de un encanto especial, y se enfatizaba con la ayuda y la hospitalidad de sus habitantes.
Me cuesta mucho elegir una experiencia significativa de aquel viaje pero me voy a animar con el día que decidí navegar por sus aguas en una barquita de alquiler.
Llevaba dos días en Hadvar, una de sus numerosas islas que elegí para hacer un parada de tres días en mitad del viaje, para poder disfrutar de un poco de relax. Fui en mayo y el ambiente es mucho más tranquilo que en agosto, así que me evité masificaciones, mucho calor y coches en las carreteras.
Paseando por el puerto me di cuenta de que unas pequeñas barcas de aspecto inestable, ofrecían sus servicios por un económico precio para que te animaras a iniciarte como marinera.
Navegando por el Mar Adriático
Allí estaba yo, con una formación de 5 minutos en el puerto, sobre el manejo del motorcillo ese, me adentré rumbo a unos islotes cercanos que me puse como objetivo en aquella aventura.
Aquello era fácil….. al principio se te para, arrancas de nuevo, gira hacia donde no quieres, te calas con el agua, bota la barca, bota mucho, bota mucho mucho, pero una aventura es una aventura.
¿Y qué es lo que no te dicen cuando la coges? que en algún momento hay que aparcarla, si no atravesé cinco barcos seguidos y los partí a la mitad, fue porque se me apareció San Neptuno. Ahh y no aparques en cualquier lado, que si hay piedras te cargas las hélices, y no aparques en cualquier lado, repito, que puede que cuando vuelvas a la barca, ya no esté allí. Además..que no empiece a llover o a revolverse el mar.
El caso es que si algo de esto tenía que pasar, ya me pasó a mí, y aquí sigo, viajando. No he vuelto a navegar porque no he tenido la oportunidad, por eso os digo que si vais a Croacia no os perdáis esa experiencia, porque puede que nunca más volváis a tener esa oportunidad en vuestra vida.
Disfrutar de cada uno de los momentos de cada viaje que hagáis.
Hasta la próxima.
Elena Martín Pérez