Mi viaje a Japón
Uno de mis principales impulsos en la vida es viajar. Quiero compartir con vosotras aquellos momentos especiales que pueden hacer que un mismo viaje sea algo totalmente diferente. En este caso fue disfrutar de un onsen en Japón.
Comenzaré con una de mis tantas experiencias vividas en mi viaje a Japón con amigas.
Si necesitas de un remanso de paz tras tu visita a la fascinante Tokyo y a la bellísima Kyoto no puedes dejar de perderte por la naturaleza y sus alrededores. En Kyoto después de recorrer en bici el mágico “Bosque de Bambú” tomé un tren al monte Kurama. Cuna del reiki, quería visitar su famoso pero nada masificado onsen.
Llegué a un pueblecito remoto donde a pesar de su fama todavía no había llegado el merchandising, tras atravesar sus calles desiertas me topé con un gran cartel, donde me indicaba la localización del onsen.
Disfrutar de un Onsen en Japón
El vestíbulo te recuerda al de un spa pero a medida que te adentras en las instalaciones parece que estás disfrutando de un viaje al pasado. Dejé mi ropa en el vestuario y me puse el traje de baño, atravesé la cortinilla de abalorios que me separaba del baño . Allí estaba, en medio de un patio con una preciosa vegetación alrededor y una piscina en medio de agua caliente. Unas cuantas mujeres dentro y otras tantas fuera , nadie llevaba ropa.
Un muro separaba el baño de mujeres del de los hombres . La ignorancia hace que te dispongas a introducirte directamente en la piscina. Alrededor no hay ducha alguna, y son la mujeres con las que lo compartes, las que te dan el alto y te mandan con una palangana a la zona del lavadero. Hay que hacer una especie de ritual previo, en cuclillas con la palangana y un grifo cara a la pared. Al principio te sientes como en un reformatorio pero para conocer la esencia de algo hay que adaptarse a ello .
He de deciros que ese momento introducida en el agua y disfrutando de aquella naturaleza y paz que me rodeaba y el hecho de saber que estaba a unos 17.000 km de mi día a día creó en mí un recuerdo al que recurro cada vez que el estrés amenaza mi vida.
Por lo tanto si vais a viajar, espero que este relato os ayude a tomar una decisión para disfrutar de un onsen en Japón.
¡¡¡Hasta la próxima viajeras!!!