De Lekeitio a Donosti, un viaje por la nostalgia
Un recorrido en coche que nos lleva a perdernos por abruptos acantilados donde se confunden mar y montaña; donde solo la carretera hace de frontera. Un mañana de llovizna; un grupo de amigas. De Lekeitio a Donosti, nuestro primer destino: Guetaria.
Luego de atravesar una serie de preciosas villas costeras, llegamos a nuestro destino. No se necesitan carteles de bienvenida. La imponente presencia de su emblemático ratón se erige como símbolo de esta preciosa localidad. Tras aparcar el coche nos entregamos al callejeo lento y sosegado tan acorde con la atmósfera local. Sus callejuelas con sabor marinero, todas, desembocan en su hermoso puerto; enclavada entre ellas sale al encuentro de los paseantes, la imponente iglesia de San Salvador de estilo gótico.
De este caldo de agua salada emergerán figuras como las de El Cano o Balenciaga. Las reseñas no se hacen faltar: bares de pintxos y restaurantes con solera con sus braseros en el exterior.
Nos concedemos una visita a uno de esos templos de tapas para disfrutar de un delicioso pintxo “El Itxaspe”. Luego la llegada al muso de Balenciaga ubicado en el Palacio Aldamar, un edificio del siglo XIX propiedad de la marquesa de Casa Torres, auténtica mecenas del modisto.
La bella Easo
Continuamos nuestro itinerario hacia San Sebastián, lugar donde posteriormente abriría una tienda de moda, Eisa Costura. Ciudad balneario de realeza la durante la Belle Époque, sus anchas avenidas atestiguan ese antiguo esplendor, aún quedan negocios que fueron creados para el regocijo de aquellos ilustres veraneantes. Muchos son los atributos que le hicieron merecedora de esta elección: la inconfundible playa de la Concha en la propia bahía que le da nombre y más allá la isla de Santa Clara, guardiana férrea de ambas.
En ambos lados y para disfrutar de unas vistas maravillosas, se alzan el monte Igueldo y Urgull. A los pies de este último, se encuentra como arropado por su presencia, el casco antiguo; imprescindible degustar los pintxos que han dado fama internacional a la ciudad tras lo cual se puede realizar una visita a su pequeño puerto.
Otros puntos de interés que nos agradaron son, el Peine de los Vientos de Chillida, la playa de Gros con sus inconfundibles cubos que cohabitan con las tablas de surf en la playa de Zurriola. Desde un ángulo más cultural optamos por el Museo San Telmo, la iglesia del Buen Pastor o la Basílica de Santa María del Coro.
Nuestro viaje acaba en Lekeitio, un pueblo de pescadores alejado de todo, un encuentro con la paz del momento, salió el sol y disfrutamos de su increíble catedral coronando el pueblo. Su hermosa Isla que nos miraba desde todos los ángulos y de una ambiente que nos evocaba a Irlanda.
No podéis dejar de visitarlo. Una ruta de Lekeitio a Donosti, lugares que no se quedan en el olvido.